Mariposas

Imagen
Mariposas

Comenzaron a llegar poco a poco. Los niños corrían tras ellas, asombrados de su enorme variedad, de la riqueza de sus colores y formas.

Sonreíamos mientras les veíamos perseguirlas, perdidos en una nube de colores, sus gritos confundidos con el zumbido del suave batir de miles, de millones de pequeñas alas.

Poco a poco, los árboles, la hierba, los coches y hasta las casas, fueron convirtiéndose en un mosaico multicolor, que parecía latir con un incesante aleteo.

Hasta el asfalto se fue convirtiendo en una inmensa alfombra que ondulaba al ritmo secreto de sus vuelos.

Nuestros hijos se veían vestidos de colores siempre cambiantes, recubiertos de una aura pulsátil, provocándonos una sonrisa sorprendida, que fue trocándose en temor al ver que el más pequeño de repente caía, sin poder levantarse.

Sus oídos, su nariz, su boca, se fueron llenando, sin poder evitarlo, de pequeñas mariposas. Su pecho, poco a poco, por el peso leve e inexorable de miles, de millones, de pequeñas mariposas aleteantes, fue dejando de respirar.

Corrimos hacia él en medio de una nube multicolor de una sobrecogedora belleza que se espesaba por momentos, adormeciéndonos con el zumbido del constante aleteo que nos rodeaba. Hoy, vivimos encerrados. Las puertas y ventanas selladas sin la más mínima fisura que permita su entrada. Fuera, reinan las mariposas.