Derramar sangre por España

Dicen los de la Asociación Pro Guardia Civil (Aprogc) que están dispuestos a derramar su sangre por España y no deja de tener su tono épico, para quien guste de tales muestras de amores patrióticos.

Lo malo, es que esa frase lleva implícita una consecuencia ineludible, la de derramar la sangre de los otros, de quienes están dispuestos a construir una España que para nada necesita que se derrame sangre por ella.

Ya bastante sangre derrama la lacra criminal del machismo. Demasiada es la sangre que se derrama en accidentes laborales, en demasiadas ocasiones debidos a la miserable ausencia de prevención y a ignorar los derechos de quienes trabajan.

Es ingente la cantidad de sangre que no se derrama, pero que se hunde en el mar huyendo de la miseria y la guerra, tratando de llegar a esa España en la que no imperan los derramamientos de sangre como en esos países de los que huyen.

Lo menos que le hace falta a España es que una panda de exaltados, con el pretexto de verter su sangre, por muy audaz que suene, se dedique a derramar la sangre del resto, que es como terminan todas las heroicidades de estos salvapatrias.

Pero hay que comprenderlos. Llevan años consumiendo de manera regular, casi sistemática, un cóctel de alta graduación en el que se mezclan conceptos como ruptura de la patria, traición, humillación, gobierno ilegítimo y fin del estado de derecho, sin olvidarnos de dictadura bolivariana, presidente felón y todo ese tipo de argumentos con los que la ultraderecha y la derecha ultra despiertan a este país cada mañana.

Por eso conviene pensar, sin disminuir ni un ápice la responsabilidad de los hiperventilados de la Aprogc, en el papel irresponsable que están representando el Partido Popular y sus líderes.

Cuando un partido de gobierno, cuando un candidato con posibilidades reales de acceder a la presidencia de España, siembran vientos de odio cada vez que están en la oposición, resulta inevitable que se desaten estas tormentas pasionales, de puro amor desenfrenado a una patria solo suya, en la que no cabe el resto.

Pero hay que tratar de reconducir tanto amor apasionado y nada mejor para ello que llamar al 928 301 012. En el Servicio Canario de Hemodonación tienen la oportunidad de entregar su sangre, sin que se derrame ni la de ellos ni la de otros, por el bien de la gente de España.